Día duro y trabajado el de ayer. Todo comenzó con una inonfesiva cervecita con estos dos personajillos en la Bodeguita Romero; tranquilidad y alegría, mucha alegría salvo tres o cuatro meteduras de pata del sargento Truhillo a lo cual su atenta señora estuvo a bien de agredirle sin ningún tipo de miramiento.
Día duro y trabajado el de ayer. Todo comenzó con una inonfesiva cervecita con estos dos personajillos en la Bodeguita Romero; tranquilidad y alegría, mucha alegría salvo tres o cuatro meteduras de pata del sargento Truhillo a lo cual su atenta señora estuvo a bien de agredirle sin ningún tipo de miramiento.
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