Killswitch Engage: The End Of Heartache. Killswitch Engage no lo tenían fácil. Alive Or Just Breathing fue un soplo de aire fresco dentro de la escena metal americana, fue alabado por la crítica y a pesar de su extremo sonido, el grupo se hizo con una base de fieles que ya la quisieran para sí muchos grupos más accesibles. Pero esta idílica situación, tenía los días contados. El cantante y el batería del grupo se fueron, dejando coja a la banda. Rápidamente corrieron para buscar sustitutos y ambos fueron hallados en la formación Blood Has Been Shed. Aquí es donde mi fe en Killwitch Engage empezó a caer. Todos los músicos requieren un tiempo de adaptación, se necesitan muchas semanas para cohesionar influencias y grabar un disco, y por desgracia el grupo no dispuso de ese tiempo. Mis expectativas (y supongo que las de muchos) respecto a The End Of Heartache eran pequeñas, esperaba un disco confuso, saturado y poco innovador. Como dije en las primeras palabras del análisis, lo tenían difícil, estaba todo en contra para poder igualar o superar el éxito de su debut para Roadrunner Records. Pero señores y señoras, la base del grupo, es decir, Adam Dutkiewicz, Joel Stroetzel y Mike D'Antonio, han demostrado con este nuevo trabajo que Killswitch Engage no es una banda perecedera. Ellos fundaron el grupo con intención de quedarse muchos años en lo más alto de la escena americana, y sin lugar a dudas, han encontrado la fórmula para estar ahí.
Parece mentira que Howard Jones y Justin Foley (los nuevos miembros) hayan encajado tan bien en tan poco tiempo con el resto de la formación. No solo han suplido el hueco dejado, sino que han hecho olvidar que Killswitch Engage perdió dos componentes. El mecanismo asesino está en plena forma, y tras muchas escuchas, puedo asegurar que la progresión del grupo es hacia arriba. Nada de estancarse, The End Of Heartache es un paso adelante en el que sin variar demasiado (casi nada) el esquema de Alive Or Just Breathing?, logran resultar interesantes e intrigantes al oyente.
Los principales elementos diferenciadores entre los dos últimos discos de la banda son la mejor producción de The End Of Heartache y la mayor profusión melódica. Que nadie se adelante a decir: estos ya se han vuelto comerciales, porque no es así. El disco es directo como un puñetazo, los momentos más intensos son realmente extremos y los riffs de guitarra tan pesados como una rueda de molino, pero gracias a unos magistrales cambios de ritmo, Killswitch Engage han logrado mezclar melodías con música extrema sin que resulte forzado o previsible. Precisamente son las melodías de temas como Bid Farewell o el popular When Darkness Falls las que hacen de Killswitch Engage un grupo puntero dentro de su estilo mezcla de hardcore, punk y metal extremo. Para seguir explicando este concepto, seguiré con el ejemplo de When Darkness Falls, que presenta una introducción realmente devastadora, ensordecedora y agresiva, pero sin darte cuenta, se transforma en una emotiva y melancólica melodía que en voz de Howard Jones suena mejor que nunca. Killswitch Engage ya no son Rookie del Año, ahora son candidatos al MVP.
Enlazando con el párrafo anterior, comentaré que la primera (y segunda) vez que escuché el disco, me pareció un desacierto la elección de Howard Jones. Pero qué equivocado estaba. Este hombre tiene una potencia vocal muy a tono con su imponente físico. Y no solo grita como una bestia, sino que enlaza gritos guturales con voces desgarradas que al mismo tiempo pasan a ser coros y estribillos melódicos perfectamente modulados y entonados. Es como tener a Daniel Filth, Mike Patton y Aaron Lewis en un mismo grupo, con la diferencia de que solo tienes que pagar un sueldo. Añadamos una teatralidad sobrecogedora que ayuda a convertir canciones como Trackname Pending, The End Of Heartache o And Embers Rise en paradigmas de la expresividad y tendremos a Howard Jones, todo un descubrimiento.
Los 14 temas de The End Of Heartache están al mismo nivel, así que se hace difícil destacar alguno. La vertiente más pesada tiene grandes representantes como And Embers Rise o Irreversals, temas que podemos utilizar para hablar del otro nuevo del grupo, Justin Foley. La batería suena mejor que nunca, este tipo es realmente técnico. Mirando en el interior de ambas composiciones podríamos hacer una larga lista de florituras, como el doble bombo y los cambios de ritmo. Además su uso de los platos y el doble pedal es sorprendente, sino echadle un vistazo al final de Irreversals, un minuto en el que verdaderamente se sale.
Si los nuevos llaman la atención, imaginad lo que hacen los viejos. Las guitarras brillan en todo momento. En primer lugar está la presencia abundante de riffs en stacatto, algo que personalmente me encanta, pero no solo eso, sino que el juego entre las guitarras de Adam Dutkiewicz y Joel Stroetzel no deja de ser alucinante. Su forma de jugar con los graves, las frenéticas descargas de riffs agudos secundados por una guitarra melódica (escúchese Declaration) o los complejos arreglos a medio camino entre guitarras góticas y hardcore (en esta ocasión me remito a Breathe Life) no tienen precio. Luego está dAntonio, que evidentemente no se queda atrás. Las líneas de bajo son tan duras y estables que atan por completo los temas. Excelente, sin más.
The End Of Heartache sigue con la idea del grupo de mezclar estilos con la rotundidad por bandera, pero en esta ocasión es más heavy, más hardcore, más punk, más metalero y más pop, y por supuesto ahí siguen los oscuros arreglos de sintetizador y las bizarras orquestaciones. Un trabajo sin complejos, en el que la buena música no deja lugar a los fallos. Killswitch Engage se merecen estar arriba del todo, y su nuevo disco no tendría que faltar en la discoteca de ningún roquero que se precie.
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