Seguro que muchos habréis pensado instintivamente, al ver las imágenes de la llegada de los restos de Arafat a la Muqata en Ramala, el fanatismo que sumía a los palestinos y cómo éste era visiblemente exteriorizado en estos tristes momentos.
No voy a entrar a comentar nada sobre el conflicto palestino-israelí, ni sobre la figura de Arafat; ni siquiera de las visicitudes y situación que vive en estas horas el pueblo palestino. Lo que sí quiero poner de manifiesto es el juicio rápido, cruel y desigual con el que percibimos las cosas.
Y me explico. Resulta que la reacción de un pueblo que vive como su gran líder, el que les ha llevado a conseguir un atisbo de nación, de un Estado palestino, el que les ha conferido esperanza, se va y los deja, previsiblemente desamparados, es tildada por muchos, simplemente, de fanática. Claro, esto, señores es fanatismo. Y lo que pasa entonces en, pongamos un ejemplo, en El Rocío, ¿qué es lo que es? Respóndanme a esta sencilla cuestión. Porque, con todos mis respetos para todos aquellos que participan de este acto y hecho religioso, si llamamos al pan pan y al vino ribera del duero, entonces la ecuación ya la tienen formulada.
Dejemos ya de una vez de ser simples y ayudemos a vivir todos juntos en esta nuestra comunidad, que diga, nuestro mundo.
No voy a entrar a comentar nada sobre el conflicto palestino-israelí, ni sobre la figura de Arafat; ni siquiera de las visicitudes y situación que vive en estas horas el pueblo palestino. Lo que sí quiero poner de manifiesto es el juicio rápido, cruel y desigual con el que percibimos las cosas.
Y me explico. Resulta que la reacción de un pueblo que vive como su gran líder, el que les ha llevado a conseguir un atisbo de nación, de un Estado palestino, el que les ha conferido esperanza, se va y los deja, previsiblemente desamparados, es tildada por muchos, simplemente, de fanática. Claro, esto, señores es fanatismo. Y lo que pasa entonces en, pongamos un ejemplo, en El Rocío, ¿qué es lo que es? Respóndanme a esta sencilla cuestión. Porque, con todos mis respetos para todos aquellos que participan de este acto y hecho religioso, si llamamos al pan pan y al vino ribera del duero, entonces la ecuación ya la tienen formulada.
Dejemos ya de una vez de ser simples y ayudemos a vivir todos juntos en esta nuestra comunidad, que diga, nuestro mundo.
Comentarios