Bien, tranquilo majete en tu sillón; a mí, me pasó lo primero. Y os cuento la escalofriante y tremebunda historia que me ha dejado, pseudo literalmente "iglú":
Mitsutaka Uchikoshi, de 35 años, disfrutaba de una barbacoa, el pasado 7 de octubre, junto a unos compañeros de trabajo en el monte Rokko (Sifredi????), cercano a Kobe, en el oeste de Japón, cuando decidió bajar sólo andando, en lugar de tomar el telesilla, como el resto del grupo; creemos que debe ser algo muy común en tierras niponas:
-que pasa Mitsu, porque no te bajas con nosotros en el telesilla como todo nipón?
-no que va, Oliver-y-Benji-san, me da tela de yuyu; mejor bajo rodando por la ladera dando "una" vuelta... lalo liala lalo lalo lalo...
Según publica The Times durante el descenso, se resbaló y se rompió la pelvis, perdiendo además el conocimiento. Sólo, sin poder moverse ni pedir ayuda, el joven japonés fue descubierto tres semanas después por un montañero. Apenas tenía pulso y su temperatura corporal era de 22 ºC.
-Montañero Kudeiro: pero bueno, qué haces por aquí to desparramao con la pelúa que está callendo y ese gorro de samurai de la época de Hiroito, criatura de Buda?
-Mitsu: no na, que es se ma perdío el mando de la Wii jugando al Tetris 4D y como to el monte es orégano, cualquiera encuentra una aguja en un pajar nipón! Así que... tienes un cigarrito?
Después de casi dos meses de tratamiento médico, Uchikoshi ha vuelto a casa, totalmente recuperado. La historia ha causado un verdadero revuelo en Japón, donde las barbacoas al aire libre son muy populares. Como en España. Por eso el Mundo se divide entre países que practican la barbacoa y países bárbaros e incivilizados, como por ejemplo Suecia: cuyas hembras gozan de gran prestigio allende sus fronteras, pero que carecen de la tradicional barbacoa de barrio y mantel de hule de cualquier país con una cultura y un savoir faire de categoría!
Pero ahora el debate se ha abierto. Los médicos japoneses se preguntan cómo ha podido sobrevivir tanto tiempo, con temperaturas bajas y sólo con un bote de salsa de barbacoa. La única explicación posible, según los doctores, es la hibernación, período durante el cual la actividad en las células del cuerpo disminuye de forma importante hasta casi paralizarse, desapareciendo la necesidad de oxígeno y bajando el consumo de energía.
Pero suponemos que todos coincidiréis conmigo que la causa del milagro está más que clara, diáfana: el bote caducado de salsa de barbacoa, que aparte de quitar la borrachera más brabucona nada más olerla, tiene la virtud de preservar y prolongar en el tiempo las cogorzas contraídas en las barbacoas, aunque sea en un país tan oriental como Japón.
Y si no, que se lo pregunten a Homer.
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