Otro año más la Excelsa y Excelente Fraternitad Bartoliana se reunió en cónclave festivo como mandan los cánones. Todos los hermanos esperaban ansiosos este día, aún a sabiendas que alguno de los ilustres pudieran faltar, pues es tanto la alegría de compartir estos entrañables momentos con los Hermanos que se escala cualquier montaña, se cruza cualquier río y se bebe hasta el agua de los floreros con tal de estar presente en esta SOLEMNE JUERGA!
Pero este año ha sido distinto; más bien diría que inclusive bastante mejor. Anunciado el cónclave en un secreto enclave en los alrededores de Martos, propiedad de nuestro insigne hermano Yusuf al-Garnatí y cuya residencia nos dejó a todos patidifusos, estupefactos, cariacontecidos y por supuesto con los huevos colgando de admiración, ya se alzan clamores para que dicha locación sea designada, in aeternis, como sede oficial de la organización.
Dicho todo esto, sólo me cabe -además de el Titanic derrapando sobre estribor- felicitar a los Hermanos que tuvimos la suerte de disfrutar del encuentro de este bendito año y convocar a los ausentes a que no falten al siguiente!
Pero este año ha sido distinto; más bien diría que inclusive bastante mejor. Anunciado el cónclave en un secreto enclave en los alrededores de Martos, propiedad de nuestro insigne hermano Yusuf al-Garnatí y cuya residencia nos dejó a todos patidifusos, estupefactos, cariacontecidos y por supuesto con los huevos colgando de admiración, ya se alzan clamores para que dicha locación sea designada, in aeternis, como sede oficial de la organización.
Dicho todo esto, sólo me cabe -además de el Titanic derrapando sobre estribor- felicitar a los Hermanos que tuvimos la suerte de disfrutar del encuentro de este bendito año y convocar a los ausentes a que no falten al siguiente!
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