La política retuerce el lenguaje, tortura las palabras hasta hacerlas cantar: canciones de euforia y pasión cuando quien habla está en el poder, canciones de desencanto y rabia cuando está en la oposición. ¿Cuál es el mensaje de las declaraciones bruselenses de Chaves? Que Andalucía va a liderar el reparto de los fondos de cohesión de la Unión Europea en el nuevo periodo ahora en negociación (2007-13).
Ahora bien, eso lo único que significa es que incluso en la Europa ampliada a veinticinco miembros Andalucía sigue necesitando la solidaridad de las regiones ricas... porque continúa estando en el furgón de cola en nivel de renta. Puesto que la UE mide estas cosas no por la presión de un país, y menos de una comunidad autónoma, sino a través de índices objetivos, ello quiere decir que nuestros índices continúan en la cola tras incorporarse a Europa numerosos países del Este ex comunista.
O sea, que lo que enorgullece a Chaves –liderar el ranking de regiones receptoras de fondos– debería ser, en realidad, un motivo de bochorno. Que estemos donde estamos no puede significar sino que no lo hemos hecho bien, ni la sociedad andaluza en su conjunto ni la Junta de Andalucía en particular. ¿Cómo se puede presumir de que vamos a beneficiarnos de la solidaridad intereuropea también casi una década más? Lo que me gustaría a mí es que Andalucía estuviera en condiciones de ofrecer solidaridad a otros.
Para apuntalar tesis tan peregrinas como la expuesta implícitamente por el presidente de la Junta, el mismo día, La Caixa hacía público su ya tradicional Anuario Económico de España, que se ha convertido en la estocada de verano al triunfalismo de las autoridades andaluzas.
Y es que siempre dice lo mismo, se supone que porque los datos objetivos no dejan resquicio para cambiar el discurso: Andalucía ocupa el penúltimo lugar, superando sólo a Extremadura, en la clasificación nacional de las regiones españolas según la renta familiar disponible por habitante (entre los 8.300 y los 9.300 euros), todavía lejos de los 10.200 a 12.100 en que se situó la media nacional en el año 2003, que es el ejercicio contemplado en este estudio.
Siete de las ocho provincias andaluzas –todas, pues, menos Almería– siguen estando entre las diez más pobres de España, y en cabeza de las menores rentas del país se mantienen impertérritas muchas poblaciones andaluzas de más de 50.000 habitantes. Y es que, además, en estos veintimuchos años de "régimen" socialista, algunas de nuestras provincias han caido incluso hasta las últimas -pero últimas del todo- del ranking del conjunto de todas las del Estado; cuando antes de la llegada de nuestros queridos socialistas no ocupaban esos puestos de cola. Ole ahí la gestión de estos "señores"!
Pero, en fin, para paradojas la de un presidente da la comunidad autónoma vanagloriándose, después de veintitanos años de monopolio –legítimo– del poder, de haber puesto a su región en la cúspide de las que más fondos reciben de Europa. Bueno, reciben y van a seguir recibiendo, que es aún peor. En, fin. Así nos va y nos va a seguir yendo: Mejor que cambien su falso slogan y lo sustituyan por: "Andalucía, para atrás como los cangrejos."
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