Debiera haber desarrollado el sistema lógico, en vez de Aristóteles, Homero; Homero, esto es, Homer. Sí, Homer, nuestro querido y admirado Homer Simpson. ¿Quién no ha soñado ser alguna vez tan feliz como Homer? No mientas querido bellado, tú también. De sus palabras y sus testimonios sacamos eternas verdades y un enorme pozo de sabiduria. He aquí una muestra de la lógica con la que Homer se aplica en sus cuestiones cotidianas: Homer: No se ve un solo oso. La Patrulla Anti-Osos funciona de maravilla. Lisa: Eso es un razonamiento viciado, papá. Homer: Gracias, cariño. Lisa: Siguiendo tu lógica, yo podría decir que esta piedra mantiene alejados a los tigres. Homer: Oh, ¿cómo funciona? Lisa: No funciona. Homer: Ajá… Lisa: Es sólo una estúpida piedra. Homer: Ajá… Lisa: Pero yo no veo ningún tigre por los alrededores, ¿y tú? [Homer se lo piensa, y luego saca algunos billetes] Homer: Lisa, quiero comprarte la piedra. [Lisa rehusa al principio, y luego acepta el intercambio] ¡Qué Dios te bendi
visión desenfadada, crítica y friki de la vida.