Supongo que a estas alturas todos conocéis la noticia del anuncio del "alto el fuego" que anunció ayer en un comunicado.
Por supuesto que no es el primer comunicado de la banda armada de este cariz, pero espero que sí sea el último.
Y aunque hay que tomar todo este asunto con mucha cautela, hay dos aspectos que me invitan a ser optimista; la inclusión del adjetivo "permanente" y la utilización de la expresión "alto el fuego permanente" que fue la que utilizó el IRA al comienzo del largo proceso que llevó al desarme del Ejército Republicano Irlandés y el proceso de pacificación de Irlanda.
Por supuesto no podemos, ni debemos, equiparar la situación vasca con la irlandesa, porque sería un auténtico disparate. Pero lo que siempre me ha llamadao poderosamente la atención, y seguro que alguno discrepa de mi opinión, es que toda esta pesadilla de muertes y terror se podría haber evitado. Indudablemente si ETA nunca hubiera existido, eso está clarísimo. Pero por otra parte, el Estado podría haber accedido, en un primer momento, a la única reivindicación que da sentido a la banda terrorista: un referendum en Euskadi sobre el Derecho de Autodeterminación; un derecho que poseen legítimamente todos los pueblos o comunidades de este planeta.
Ese miedo de España a un hipotético resultado negativo a sus intereses es lo que siempre ha impedido dicho referendum. Si como siempre se ha dicho, "si son cuatro gatos los que quieren eso", pues con mucha mayor razón para hacerlo.
A ver si todos aprendemos un poco y tomamos con ilusión, esperanza y cautela el devenir de los acontecimientos.
Por supuesto que no es el primer comunicado de la banda armada de este cariz, pero espero que sí sea el último.
Y aunque hay que tomar todo este asunto con mucha cautela, hay dos aspectos que me invitan a ser optimista; la inclusión del adjetivo "permanente" y la utilización de la expresión "alto el fuego permanente" que fue la que utilizó el IRA al comienzo del largo proceso que llevó al desarme del Ejército Republicano Irlandés y el proceso de pacificación de Irlanda.
Por supuesto no podemos, ni debemos, equiparar la situación vasca con la irlandesa, porque sería un auténtico disparate. Pero lo que siempre me ha llamadao poderosamente la atención, y seguro que alguno discrepa de mi opinión, es que toda esta pesadilla de muertes y terror se podría haber evitado. Indudablemente si ETA nunca hubiera existido, eso está clarísimo. Pero por otra parte, el Estado podría haber accedido, en un primer momento, a la única reivindicación que da sentido a la banda terrorista: un referendum en Euskadi sobre el Derecho de Autodeterminación; un derecho que poseen legítimamente todos los pueblos o comunidades de este planeta.
Ese miedo de España a un hipotético resultado negativo a sus intereses es lo que siempre ha impedido dicho referendum. Si como siempre se ha dicho, "si son cuatro gatos los que quieren eso", pues con mucha mayor razón para hacerlo.
A ver si todos aprendemos un poco y tomamos con ilusión, esperanza y cautela el devenir de los acontecimientos.
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