Si es que siempre pasa lo mismo. Cuando uno tiene que acercarse a un mostrador o una ventanilla oficial, lo tiene uno claro; mira lo bien que lo pasa uno cuando se acerca a una barra, y hay que ver que es casi igual que un mostrador, pero es que...
En fin, que me acerco a Correos (tranquilos, no es una orden!) a por una carta certificada y me encuentro con la historia de casi todas estas aventuras por los reinos oficiales del Estado: un subnormal desgraciado que en vez de estar buscando espárragos en el monte se pone a atender a los ciudadanos; con esta premisa, el drama está garantizado. Menudo ejemplar que me ha atendido: este dilema humano debió sacarse el título de cartero en Atapuerca o en los Millares, porque el individuo rezumaba sensibilidad y saber hacer por los cuatro costaos! Miren vds. señores funcionarillos del Estado: si no quieren hacer bien su trabajo, pues vallan a rumiar a los prados asturianos, pero a nosotros que somos los que les pagamos, no nos jodan hombre!!! Que vaya tela con la manada esta de incompetentes y míseros; no jodan al que les paga, hagan algo bien en su puñetera vida renuncien a su plaza y púdranse jugando a las chapas. O, aún mejor, suicídense...
En fin, que me acerco a Correos (tranquilos, no es una orden!) a por una carta certificada y me encuentro con la historia de casi todas estas aventuras por los reinos oficiales del Estado: un subnormal desgraciado que en vez de estar buscando espárragos en el monte se pone a atender a los ciudadanos; con esta premisa, el drama está garantizado. Menudo ejemplar que me ha atendido: este dilema humano debió sacarse el título de cartero en Atapuerca o en los Millares, porque el individuo rezumaba sensibilidad y saber hacer por los cuatro costaos! Miren vds. señores funcionarillos del Estado: si no quieren hacer bien su trabajo, pues vallan a rumiar a los prados asturianos, pero a nosotros que somos los que les pagamos, no nos jodan hombre!!! Que vaya tela con la manada esta de incompetentes y míseros; no jodan al que les paga, hagan algo bien en su puñetera vida renuncien a su plaza y púdranse jugando a las chapas. O, aún mejor, suicídense...
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