No puedo estar más de acuerdo con esta opinión sobre el sistema que plantea uno que no tiene ni una décima parte de lo que hay que tener, en todos los sentidos, para ser entrenador de un Grande de la Liga española, y con el esperpéntico espectáculo que nos brinda su equipo día sí, día también:
"El plantel sevillista está confeccionado para atacar. Con tres delanteros de talla internacional para dos puestos y cuatro extremos de primer nivel (con el plus que da un Jesús Navas superlativo), el renunciar a vivir permanentemente en el campo contrario equivale a dilapidar los muchos recursos ofensivos del equipo. Jiménez dispone además de Zokora, un mediocentro que ofrece un gran volumen de trabajo y que permite adelantar la línea de presión. Nada de eso. El Sevilla propone un fútbol amorfo que nadie sabría discernir si es carne o pescado, toro o torero, martillo o yunque, gavilán o paloma.
El Sevilla, ¿ataca o defiende? Cabría afirmar que defiende… pero mal. Es decir, el Sevilla se planta en el campo con la (legítima) idea de que ocurran pocas cosas en general y que las inspiración de sus muchos buenos jugadores de arriba decante los partidos a su favor. Eso sucede a menudo pero, desde luego, no porque los hombres de Jiménez defiendan bien. Los hombres de Jiménez conceden a los adversarios una barbaridad de situaciones de gol. Cuentan, eso sí, con el portero más en forma del campeonato. Pero, ¿no es significativo que un inmenso Palop sea el guardameta del equipo que (solamente) es el sexto menos goleado? ¿No da qué pensar el hecho de que el valenciano sea de forma sistemática el mejor del equipo?"
El Sevilla, ¿ataca o defiende? Cabría afirmar que defiende… pero mal. Es decir, el Sevilla se planta en el campo con la (legítima) idea de que ocurran pocas cosas en general y que las inspiración de sus muchos buenos jugadores de arriba decante los partidos a su favor. Eso sucede a menudo pero, desde luego, no porque los hombres de Jiménez defiendan bien. Los hombres de Jiménez conceden a los adversarios una barbaridad de situaciones de gol. Cuentan, eso sí, con el portero más en forma del campeonato. Pero, ¿no es significativo que un inmenso Palop sea el guardameta del equipo que (solamente) es el sexto menos goleado? ¿No da qué pensar el hecho de que el valenciano sea de forma sistemática el mejor del equipo?"
Comentarios