Cuando un japo quiere hacer algo, por muy difícil (o ridículo) que pudiera parecer, va y lo hace. Punto.
Un claro ejemplo de esta filosofía oriental es la sagaz práctica del mítico señor Miyagi (Karate Kid I, II, III, el Joven Karate Kid, el Regreso del Joven Karate Kid, Karate Kid deja el Tabaco y Muerte anunciada por agotamiento de Karate Kid) de cazar moscas con su par de... palillos nipones en vez de usar el más socorrido Baygon!!!
Es por todo ello, que qué podríamos esperar de un japo que quiere tocar la bateria? No tocarla!!!
Un claro ejemplo de esta filosofía oriental es la sagaz práctica del mítico señor Miyagi (Karate Kid I, II, III, el Joven Karate Kid, el Regreso del Joven Karate Kid, Karate Kid deja el Tabaco y Muerte anunciada por agotamiento de Karate Kid) de cazar moscas con su par de... palillos nipones en vez de usar el más socorrido Baygon!!!
Es por todo ello, que qué podríamos esperar de un japo que quiere tocar la bateria? No tocarla!!!
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