España no suele cosechar grandes éxitos en deportes -recalco lo de suele, ya que cosechar, cosecha...- porque la mayor parte de la población es muy dada al deporte patrio: no se equivoquen camaradas; este no es el fútbol, ni mucho menos. El deporte hispánico, por antonomasia, es la Opinión. Aquí todo el mundo opina que opina y no deja de opinar. No importa no tener ni un atisbo de conocimiento sobre lo que se opina: lo importante es opinar y poder hacerlo siempre. Además, la regla más importante de este deporte es que todas las opiniones tienen el mismo peso y valor. Ejemplo: "Eso que dice ese sabiondo de la Sorbona no tiene ni pies, ni cabeza; ya me dijo la Loli en la cola del súper que ese, que se las da de enterao, no tiene ni idea!" Y claro, así va el país... A colación y como colorario, añado una cita, de envergadura, del gran profesor D. Alberto Ribelot, quien sabiamente indicaba: "Todos tenemos derecho a opinar.., pero el valor de las opiniones es directamente pro