Desde muy pequeño quedé fascinado por un cuadro, un antiguo óleo de grandes dimensiones, que se encontraba en la casa de mi abuela Ana; era una marina holandesa cazando ballenas.
Como he dicho, esta obra me cautivó desde niño y siempre ha estado rondando en mi cabeza, sin saber de quien era, ni que valor histórico o artístico pudiera tener: sólo me bastaba con adentrarme en ese gran óleo.
Hoy, esta mañana, por casualidades de la vida, navegando por la Red me topo inesperadamente con una reproducción de aquella misma obra: "Seascape with ships under sail and fishermen along the shore" de Isaac Willaerts, exponente del barroco flamenco y especialmente de la tradición pictórica de las Marinas Holandesas que ya su padre Abraham Willaerts comenzara.
Sin saberlo, había estado impresionado por una genial obra barroca que había quedado olvidada en un rincón de una casa de pueblo.
Muchos dirán que en un piso moderno, como es el mío, una obra original barroca no debe pegar mucho; pero cuando a la obra en sí se le une un apego y un deseo como el que nació y fue gestándose desde mi más profunda niñez, todo lo superfluo pasa a un tercer o cuarto plano.
Ojalá, un día de estos no muy lejano, pueda dialogar contigo honrado de alojarte en algún lugar privilegiado de mi humilde hogar.
Como he dicho, esta obra me cautivó desde niño y siempre ha estado rondando en mi cabeza, sin saber de quien era, ni que valor histórico o artístico pudiera tener: sólo me bastaba con adentrarme en ese gran óleo.
Hoy, esta mañana, por casualidades de la vida, navegando por la Red me topo inesperadamente con una reproducción de aquella misma obra: "Seascape with ships under sail and fishermen along the shore" de Isaac Willaerts, exponente del barroco flamenco y especialmente de la tradición pictórica de las Marinas Holandesas que ya su padre Abraham Willaerts comenzara.
Sin saberlo, había estado impresionado por una genial obra barroca que había quedado olvidada en un rincón de una casa de pueblo.
Muchos dirán que en un piso moderno, como es el mío, una obra original barroca no debe pegar mucho; pero cuando a la obra en sí se le une un apego y un deseo como el que nació y fue gestándose desde mi más profunda niñez, todo lo superfluo pasa a un tercer o cuarto plano.
Ojalá, un día de estos no muy lejano, pueda dialogar contigo honrado de alojarte en algún lugar privilegiado de mi humilde hogar.
Comentarios
Un cordial saludo y feliz 2008!