Sevilla está de huelga. En su semana grande, está de huelga. Como el perro que muerde la mano que le alimenta, aún algunos se empeñan en reivindicar sus derechos.
No quiero entrar en lo lícito de las demandas de taxistas y personal del aeropuerto; pero donde sí que entro es en la poca capacidad mental de ambos colectivos. Cómo se le ocurre a un taxista dejar tirados a miles de turistas y visitantes cuando más lo necesitan? Quieren acaso quedarse sin clientela?
Pero qué forma, insana y loca, de protestar y forzar un posible acuerdo es degradar su servicio, público -no lo olvidemos- y enemistarse con sus clientes???
Justificadas eran, sin duda, las voces de los que nos visitan en estos días tan señalados jurando y perjurando que jamás volverían a Sevilla.
Pero de qué coño se piensan estos huelguistas que viven y vivimos en Sevilla?!
Pues nada, sigan así queridos huelguistas...
No quiero entrar en lo lícito de las demandas de taxistas y personal del aeropuerto; pero donde sí que entro es en la poca capacidad mental de ambos colectivos. Cómo se le ocurre a un taxista dejar tirados a miles de turistas y visitantes cuando más lo necesitan? Quieren acaso quedarse sin clientela?
Pero qué forma, insana y loca, de protestar y forzar un posible acuerdo es degradar su servicio, público -no lo olvidemos- y enemistarse con sus clientes???
Justificadas eran, sin duda, las voces de los que nos visitan en estos días tan señalados jurando y perjurando que jamás volverían a Sevilla.
Pero de qué coño se piensan estos huelguistas que viven y vivimos en Sevilla?!
Pues nada, sigan así queridos huelguistas...
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